Ricas y famosas, la colección de fotografías de Daniela Rossell
Esta fotografía de Daniella Rossell
dentro de su colección “Ricas y famosas”, es otro ejemplo que explícitamente
presenta iconografía política relacionada con el PRI, el partido que gobernó México
de forma hegemónica por décadas.
En ella se muestra a una joven
con un sombrero vaquero mirando a la cámara de Rosell y extendiendo su brazo
derecho para tirar las cenizas de un cigarrillo encendido, suavemente golpeado con
su dedo índice.
Sentada a horcajadas sobre una
silla equina de cuero montada en un soporte de madera, a la vez colocado sobre
un escritorio que presumiblemente se encuentra en el espacio de una oficina en
casa, estratégicamente iluminada para proyectar sombras sobre otros objetos,
como máquina de fax y una fila de libros alineados en un nicho.
Vestida con minishorts y
zapatillas rojas, la mujer identificada como Paulina Banuet Rovirosa
posa situada entre los muchos objetos reunidos y cuidadosamente colocados en el
escritorio: un cocodrilo disecado, un volante con propaganda electoral de su
padre, el político priista Alberto Banuet Abhari, que aspira en ese año 2000 a
la diputación federal por el IV distrito de Tabasco, triunfo que le fue negado
en las urnas.
Un segundo retrato del político
colocado frente a una serigrafía del héroe revolucionario Emiliano Zapata, y
una fotografía enmarcada de la parte trasera de un elefante. La fotografía de
Rossell contiene muchas de las características más destacadas de la serie: una
disposición deliberada y consciente del campo fotográfico, una acumulación de
objetos que poseen una multivalencia semiótica conspicua y un elemento de
actuación de los sujetos representados dentro de estos espacios dispuestos.
En este ejemplo, como en
muchos otros, estas características juntas forman fotografías diseñadas que
establecen un diálogo de crítica.
En particular, los objetos en
la fotografía fueron deliberadamente dispuestos y yuxtapuestos para sugerir un
diálogo visual entre ellos. A pesar de la afirmación del artista de que la
serie representa "configuraciones reales", y aunque esta fotografía
puede representar una oficina real dentro de la casa, parece que Rossell o la
modelo, reorganizaron algunos artículos.
Quizás lo más obvio, por
ejemplo, la silla de montar y el soporte están bastante fuera de lugar en la
parte superior del escritorio, y el volante está equilibrado sobre una estrella
dorada que se ha colocado contra la pata del soporte de la silla de montar.
Tanto la fotografía enmarcada
como los retratos del padre y Zapata (que curiosamente se parece a una almohadilla
de mouse personalizada) se giran para mirar a la cámara, en lugar de a
cualquiera que se siente en el escritorio. Los retratos de Banuet/Zapata
también están apoyados frente a un objeto oculto encima del cual se posa un
tazón de fruta.
La legitimidad del espacio de
oficina como un "entorno real" se pone en tela de juicio cuando se
consideran estos objetos en relación con los que se encuentran en el fondo y la
propia modelo. Detrás de Paulina Banuet, colgada en la pared, hay un gran
retrato pintado de Zapata, cuya imagen se repite por tercera vez en el busto de
bronce sentado en un pedestal en el lado izquierdo de la composición. Las
numerosas referencias a Zapata enmarcan a Paulina, cuyo comportamiento podría
describirse como "sin arrepentimiento" o incluso "irreverente",
dado el estado histórico y mitológico de Zapata y la Revolución, así como el
PRI, el partido "revolucionario" del cual su padre es un miembro.
Ella está sentada frente al
retrato pintado de Zapata, de tal manera que se hace eco del retrato de su padre
en el escritorio de abajo. Pero en lugar de representar la masculinidad
heroica, se presenta como un objeto de sexualidad femenina abierta. Está
vestida con ropa reveladora: una blusa sin mangas azul brillante unida por
finas cuerdas que dejan toda su espalda desnuda; pantalones rojos de imitación
de piel de serpiente; sandalias rojas de tacón alto.
Su cara está muy maquillada
con una sombra de ojos azul eléctrico y un lápiz labial rojo brillante, y sus
extremidades desnudas se destacan por la fuerte luz enfocada en su cuerpo. Su
apariencia sugiere una baratura que contradice su estado social conocido. El
espacio en el que se escenifica la fotografía es significativo porque
representa un espacio de trabajo en un entorno doméstico, lo que implica la
forma en que las dos esferas supuestamente separadas están intrínsecamente
entrelazadas, particularmente la retórica del PRI que hace uso de metáforas
familiares.
Así, mientras que el patriarca
simbólico y sus "hijos" constituían la cara pública de México, la
mujer revolucionaria, representaba una contraparte implícita, solidaria, pero
también potencialmente amenazante y privada. Al presentar a Banuet como un
objeto sexual en la oficina de su padre, esta fotografía se interpreta como un
desafío directo a la Familia Revolucionaria, una construcción que
tradicionalmente la pinta como una hija obediente. En cambio, se burla del
legado político al que pertenecen ella y su padre, literalmente despreciando
las figuras históricas y familiares que la rodean.
La fotografía de Paulina, con
su juego sobre la sexualidad femenina y las referencias políticas, deja en
claro que el hogar ha sido construido como un espacio llamado
"privado" fuera de un espacio complementario "público" de
política y economía. Sin embargo, como se revela a través de la serie Ricas y
famosas, el hogar no es más que un espacio social que se disfraza como un
escenario de identificación femenina aislada. Esta mascarada oculta las
múltiples formas en que la política y la economía también se sitúan dentro del
hogar, ya que Rossell visualizó los roles simbólicos y reales desempeñados por
las habitantes de estas casas de élite.
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